La marca de chocolates quiso darle un respiro a su equipo creativo y dejó que una IA se encargará de su campaña publicitaria. Sin embargo, los anuncios generados por la IA estuvieron llenos de errores y causaron rechazo en el público.
La campaña se realizó en Australia y Nueva Zelanda con la colaboración de una agencia que usó un modelo de lenguaje IA capaz de generar textos, voces e imágenes. La idea era ver si la IA podía imitar el trabajo humano y crear anuncios atractivos para la marca.
El experimento fue un fracaso. Los anuncios mostraron imágenes distorsionadas de personas, manos con dedos de más, logos deformados y una voz robótica que repetía el slogan de la marca: “tomate un descanso, tómate un Kit Kat”.
Con esta campaña, Kit Kat quiso demostrar la importancia de su equipo creativo y el valor del trabajo humano frente a la IA. Sin embargo, también generó críticas y burlas por parte de los espectadores, que calificaron los anuncios de “pesadillescos” y “horribles”.
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