¿Qué se juega Google en el juicio por monopolio que empieza la próxima semana?
El martes 12 de septiembre se iniciará uno de los procesos judiciales más importantes de la historia de Internet: el juicio contra Google por supuestas prácticas anticompetitivas en el mercado de la publicidad digital. La demanda, presentada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos y varios estados, acusa a la empresa de abusar de su posición dominante para favorecer sus propios servicios y perjudicar a los rivales. ¿Qué consecuencias podría tener este caso para el futuro de Google y de la industria online?
Google es el líder indiscutible de la publicidad digital, un sector que mueve más de 300.000 millones de dólares al año en todo el mundo. Según la consultora eMarketer, Google acapara el 28,6% de los ingresos globales por este concepto, seguido por Facebook con el 23,7%. La empresa genera la mayor parte de sus beneficios gracias a su buscador, que domina el 92% del mercado mundial, según StatCounter. Además, controla otras plataformas clave para la publicidad online, como YouTube, Gmail, Google Maps o el sistema operativo Android.
La demanda alega que Google ha utilizado su poder para crear un “círculo vicioso” que le permite mantener y reforzar su monopolio. Por ejemplo, afirma que la empresa ha firmado acuerdos exclusivos con fabricantes de dispositivos, operadores móviles y navegadores web para que usen su buscador como predeterminado, lo que dificulta la entrada de competidores como Bing o DuckDuckGo. También sostiene que Google ha obstaculizado el acceso a datos e inventario publicitario de terceros, lo que le da una ventaja injusta frente a otros intermediarios que conectan a anunciantes y editores.
Google niega las acusaciones y se defiende argumentando que su éxito se debe a la calidad y la innovación de sus productos, que ofrecen una mejor experiencia a los usuarios y a los clientes. Además, asegura que hay mucha competencia en el mercado de la publicidad digital, tanto de empresas grandes como Amazon o Microsoft, como de pequeñas y medianas. Según Google, los consumidores tienen libertad para elegir entre diferentes opciones y cambiar de buscador o de navegador si lo desean.
El juicio contra Google podría durar varios meses e incluso años, dependiendo de los recursos y las apelaciones que se presenten. Si el tribunal falla en contra de Google, podría imponerle multas millonarias o incluso obligarle a desinvertir o a modificar su estructura y su funcionamiento. El caso podría sentar un precedente para otras demandas similares que se han presentado o se podrían presentar contra gigantes tecnológicos como Facebook, Amazon o Apple, que también están bajo el escrutinio de las autoridades por su posible abuso de posición dominante. El resultado del juicio podría cambiar el panorama de la publicidad digital y afectar al futuro de Internet.
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